(El idioma original de este artículo es francés, las gráficas se muestran de capturas reales en el idioma original)
El agua es el elemento más abundante en el cuerpo humano, donde desempeña un papel crucial en el funcionamiento normal del organismo. De hecho, constituye el principal líquido en el cual las moléculas biológicas están disueltas, asegurando su funcionamiento, y también participa en el mantenimiento de la buena estructura celular. En un individuo normal, el agua representa aproximadamente el 60% del peso corporal, que se distribuye entre los compartimentos extracelulares (líquido intersticial, sangre, etc.) y el interior de las células¹. La tasa de hidratación varía entre los diferentes órganos, siendo del 76% para el músculo esquelético² y alrededor del 15% para el tejido adiposo³. Además, los intercambios y la regulación hídrica se realizan principalmente a nivel de la masa sin grasa (MSG) o masa fuera de la grasa (MFG), por lo que es interesante medir específicamente este compartimento. Además de la tasa de hidratación, la distribución hídrica dentro del tejido adiposo es diferente a la del resto de la masa sin grasa: el 80% del agua se encuentra en el espacio extracelular³, mientras que entre el 38% y el 42% del agua está en la MSG. La principal consecuencia de estas diferencias es que un exceso de tejido adiposo puede enmascarar artificialmente una deshidratación y/o un desequilibrio hídrico de la masa fuera de la grasa.
Las celdas “Hidratación fuera de la grasa” y “Equilibrio hídrico fuera de la grasa” tienen como objetivo estudiar específicamente los movimientos hídricos dentro de la MSG, donde se encuentran los órganos que aseguran el funcionamiento normal del cuerpo. Para ello, los dos parámetros van a utilizar un valor del agua fuera de la grasa que es igual al volumen de agua total al que se le resta el agua del tejido adiposo, que es igual al 15% del volumen de agua total.
En este estudio de caso, presentaremos los resultados de 3 sujetos con diferentes estados de hidratación donde el uso de estas celdas permite un análisis detallado del estado de hidratación.
Caso n.º 1 – Primer ejemplo de una sobrehidratación intracelular
| Sexo | Hombre |
| Edad | 73 años |
| Talla | 166 cm |
| Peso | 88,80 kg |
| IMC | 31,97 kg/m2 |
Análisis rápido
Si nos enfocamos en un análisis rápido de los resultados, podemos ver que este paciente posee una muy buena composición corporal considerando su edad. De hecho, a pesar del ligero exceso de masa grasa, este sujeto tiene una masa muscular importante, así como una hidratación fuera de la grasa y un equilibrio hídrico normales. A pesar de esto, es interesante controlar los resultados en las celdas correspondientes.
Hidratación
La celda “Agua total” muestra una buena hidratación global del organismo: la diferencia teórica es de solo 400 mL y podemos ver que la tasa de hidratación de la MNG está muy cerca del valor de referencia. De la misma manera, la celda “Hidratación fuera de la grasa” indica una buena hidratación global de la MNG, mostrando una diferencia de 140 mL. Si nos enfocamos en el equilibrio hídrico total y fuera de la grasa, podemos observar que el equilibrio hídrico total se mantiene a pesar de una ligera sobrehidratación celular; sin embargo, la celda “Equilibrio hídrico fuera de la grasa” muestra un desequilibrio en la distribución del agua dentro de la MNG. Más precisamente, el paciente presenta una sobrehidratación intracelular de aproximadamente 1L, lo que se traduce en una deshidratación extracelular del mismo volumen. La diferencia entre las celdas que miden el equilibrio hídrico total y el equilibrio hídrico fuera de la grasa puede explicarse por el ligero exceso de masa grasa del sujeto. De hecho, como se explicó anteriormente, el 80% del agua del tejido adiposo es extracelular y, al estudiar el equilibrio hídrico total, este volumen de agua extracelular aumenta lo suficiente como para mantener un equilibrio normal.
Caso n.º 2 – Segundo ejemplo de una sobrehidratación intracelular
| Sexo | Mujer |
| Edad | 42 años |
| Talla | 160 cm |
| Peso | 48 kg |
| IMC | 18,75 kg/m2 |
Análisis rápido
Durante el análisis rápido de esta paciente, podemos observar un IMC bajo de 18,75 kg/m² que se asocia con una masa grasa (-2,66 kg) y una masa muscular (-1,11 kg) reducidas en comparación con sus referencias. Por el contrario, podemos observar una ligera sobrehidratación (+0,97 L) con un equilibrio hídrico que se mantiene.
Hidratación
Como se observó durante el análisis rápido, podemos ver una ligera sobrehidratación global de 930 mL y fuera de la grasa de 970 mL, dando respectivamente una hidratación de la MFG de 75,68% (observada en la celda “Agua Total”) y una hidratación fuera de la grasa de 74,79%.
Si consideramos el equilibrio hídrico global, podemos observar que este se mantiene, pero los resultados indican que esta sobrehidratación es ligera y se situaría principalmente a nivel intracelular. Pero si consideramos el equilibrio hídrico fuera de la grasa, podemos ver que la sobrehidratación está presente tanto en los compartimentos intracelular (+520 mL) como extracelular (+460 mL), pero el equilibrio entre los dos compartimentos se mantiene.
Caso n.º 3 – Ejemplo de desequilibrios hídricos presentes en el sobrepeso y la obesidad
| Sexo | Mujer |
| Edad | 63 años |
| Talla | 172 cm |
| Peso | 71 kg |
| IMC | 24 kg/m2 |
Análisis rápido
El análisis rápido nos muestra que, a pesar de un IMC de 24 kg/m², esta paciente puede considerarse con sobrepeso dado que presenta un exceso de masa grasa de 4,08 kg en comparación con su referencia. La masa muscular esquelética es normal y está al nivel de la referencia, sin embargo, podemos observar que esta paciente presenta una deshidratación importante (-2,72 L) a pesar de un equilibrio hídrico mantenido.
Hidratación
Las celdas “Agua total” y “Hidratación fuera de la grasa” confirman la deshidratación de esta paciente con una diferencia de -2,21 L y -2,72 L en comparación con su referencia, lo que se traduce en una hidratación de la MNG del 68,55% y una hidratación fuera de la grasa del 65,86%. La diferencia importante entre estos dos valores está relacionada con la modelización en compartimentos y el modo de cálculo de la hidratación de la MNG. De hecho, la modelización en dos compartimentos (MNG/masa grasa) separa únicamente los lípidos del tejido adiposo del resto del cuerpo humano, incluida el agua del tejido adiposo, por lo que un exceso de agua asociado a un exceso de masa grasa puede aumentar artificialmente la hidratación de la MNG. Así, como muestra este caso, es interesante utilizar los parámetros de hidratación y del equilibrio hídrico fuera de la grasa cuando la medición se realiza en una persona con una masa grasa mayor que la referencia.
Si consideramos el equilibrio hídrico global, parece que este se mantiene a pesar de la deshidratación. Sin embargo, en la MNG, este equilibrio fuera de la grasa no se mantiene con una fuerte deshidratación celular. Más precisamente, esta paciente presenta un déficit de 1,79 L y 0,93 L de agua extracelular e intracelular, respectivamente, lo que indica que se pueden haber puesto en marcha mecanismos fisiológicos para mantener cierta hidratación intracelular.
Conclusión
En conclusión, estos 3 casos muestran que es necesario estudiar todos los parámetros de la hidratación disponibles para caracterizar el estado de hidratación de un individuo de la manera más precisa posible. Más específicamente, parece interesante estudiar los parámetros fuera de la grasa para verificar si no existe deshidratación y/o un desequilibrio hídrico dentro de la MNG que podría estar enmascarado por un exceso de masa grasa.
