(El idioma original de este artículo es francés, las gráficas se muestran de capturas reales en el idioma original)
La desnutrición es un estado que se caracteriza por una pérdida de masa corporal superior al 5 % en 1 mes según la Haute Autorité de Santé¹, que puede ser consecuencia de una patología como el cáncer² o una admisión en cuidados intensivos³ y cuya principal consecuencia es un aumento de la mortalidad⁴, ⁵. Durante su hospitalización, aproximadamente el 40 % de los pacientes con Covid-19 desarrollaron desnutrición⁶, lo que aumentó significativamente sus probabilidades de admisión en cuidados intensivos y disminuyó su supervivencia⁷. La aparición de esta desnutrición está relacionada tanto con el entorno proinflamatorio como con la pérdida de gusto y olfato asociada a la patología⁸, lo que disminuye la ingesta alimentaria y favorece la pérdida de tejido corporal, especialmente muscular. Al igual que otras patologías proinflamatorias, es necesario vigilar la aparición de desnutrición en pacientes con Covid-19. En este estudio de caso, nos enfocaremos en un caso de desnutrición en una paciente con Covid-19 y en los parámetros que se pueden utilizar para detectar y/o seguir la evolución de esta desnutrición.
Sexo | Femenino |
Edad | 67 años |
Talla | 165 cm |
Peso | 58 kg |
IMC | 21,3 kg/m2 |
Patologías | Covid-19 |
Síntomas | Asthenia, dificultades respiratorias, fiebre, pérdida de apetito y una modificación del gusto y del olfato |
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El análisis rápido muestra que esta paciente presenta un ligero exceso de masa grasa de 340 g en comparación con su referencia, lo que está asociado con un déficit de masa muscular esquelética de 1,17 kg y una deshidratación de 970 mL. Si observamos los índices, también podemos notar un déficit del 10% en la masa ósea, lo que sugiere que esta paciente no se encontraba en un estado de salud óptimo y probablemente presentaba algunas disfunciones fisiológicas silenciosas.
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Del mismo modo, considerando la edad, la altura y el peso de la paciente, los valores del ángulo de fase y la relación de impedancia indican que, a pesar de su infección por Covid-19, la paciente parece tener una calidad celular y un estado inflamatorio normal.
Masa sin grasa, masa muscular esquelética total y de las extremidades
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Los compartimentos más afectados por la desnutrición son la masa sin grasa y la masa muscular esquelética. De hecho, el músculo esquelético constituye la primera reserva de proteínas en el organismo, y en un contexto donde la ingesta proteica es insuficiente, las proteínas musculares serán degradadas para ser utilizadas por otros órganos. En este contexto, dos indicadores son relevantes aquí: el índice de masa sin grasa (FFMI), recomendado por la HAS para el diagnóstico de desnutrición¹, y el índice de masa muscular esquelética apendicular (ASMI), recomendado para el diagnóstico de sarcopenia⁹. En el caso de esta paciente, podemos observar que presenta un FFMI y un ASMI superiores a los valores límite, indicando que no presenta ni desnutrición ni sarcopenia en el momento de su hospitalización. A pesar de esto, podemos notar que ambos índices están cerca del límite inferior, indicando que la paciente ya estaba en un estado de fragilidad en el momento de su admisión.
Masa seca sin grasa
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Como se mencionó en el párrafo anterior, la desnutrición se caracteriza por una pérdida de masa proteica, especialmente a nivel muscular, por lo tanto, la masa seca sin grasa también constituye un parámetro relevante para confirmar la aparición de la desnutrición. Al momento de la hospitalización, podemos observar un ligero déficit en proteínas y minerales de 420 g, lo cual es coherente con los datos de masa muscular esquelética y la morfología de la paciente.
Masa grasa a hidratación constante
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Dado que la desnutrición puede caracterizarse por una disminución de la ingesta energética, también es pertinente observar la masa grasa, ya que los lípidos constituyen la principal reserva energética del organismo. La caquexia, es decir, la desnutrición presente en el cáncer, se caracteriza particularmente por una disminución de la masa grasa además de la masa muscular esquelética². En el caso de esta paciente, podemos observar que posee un porcentaje de masa grasa del 27,69%, cercano a la referencia de salud.
Análisis rápido – Mayo 2020
Sexo | Femenino |
Edad | 67 años |
Talla | 165 cm |
Peso | 54 kg |
IMC | 19,8 kg/m2 |
Patologías | Covid-19 |
Síntomas | Asthenia, dificultades respiratorias, fiebre, pérdida de apetito y una modificación del gusto y del olfato |
Un mes después de su hospitalización, la paciente perdió 4 kg de masa corporal, lo que representa el 6,9%, y, según los criterios diagnósticos recomendados por la HAS, esta paciente está en desnutrición, lo cual es necesario confirmar con otros parámetros.
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Con respecto al ángulo de fase y la relación de impedancia (IR), podemos observar una disminución lineal del ángulo de fase asociada a un aumento significativo de la IR, lo que evidencia una disminución de la calidad celular y, por lo tanto, del estado de salud, asociada a una inflamación crónica elevada. Estos dos eventos son característicos de una infección por Covid-19 y confirman su importancia en el seguimiento del estado de salud de los pacientes.
Masa sin grasa, masa muscular esquelética total y de las extremidades
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Entre las dos mediciones, la paciente presenta una pérdida de 2,7 kg de masa sin grasa, 1,92 kg de masa muscular esquelética total y 1,06 kg de masa muscular esquelética de las extremidades. El valor del índice de masa sin grasa (FFMI) es de 14,57 kg/m², lo cual es inferior al valor límite de 15 kg/m², por lo tanto, esta paciente está en desnutrición. Además, el índice de masa muscular esquelética apendicular (ASMI) también es inferior al valor límite de 5,45 kg/m², lo que indica que esta paciente también está en sarcopenia. Por lo tanto, los valores de la composición corporal obtenidos por bioimpedanciometría confirman que la rápida pérdida de peso de esta paciente es causada por desnutrición.
Masa seca sin grasa
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Las pérdidas de masa sin grasa y de masa muscular esquelética pueden estar relacionadas con una deshidratación transitoria o con una pérdida de proteínas musculares. Dado que esta última es más dañina para el organismo a largo plazo, es necesario controlar la evolución de la masa seca sin grasa, que corresponde al conjunto de proteínas y minerales, para verificar que esta disminución está relacionada con una pérdida de masa proteica. En el caso de esta paciente, ha perdido 1,6 kg de masa seca sin grasa, confirmando que la pérdida de masa sin grasa y de masa muscular esquelética se debe a una pérdida de masa proteica. Desde un punto de vista fisiológico, esta disminución se explica por el estado proinflamatorio elevado de esta paciente, que activa muy fuertemente los mecanismos de degradación proteica en el músculo esquelético¹⁰, así como por la disminución de la ingesta nutricional relacionada con la pérdida de gusto y olfato.
Masa grasa a hidratación constante
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En un mes, esta paciente pasó de 16,19 a 15,69 kg de masa grasa, es decir, una pérdida de 500 g; sin embargo, su porcentaje de masa grasa pasó de 27,69% a 27,80%, lo cual parece paradójico con una disminución de la masa grasa. Esto se explica simplemente por el hecho de que este porcentaje depende del peso, y en el caso de esta paciente, su pérdida de peso, y de masa sin grasa, es más importante que la disminución de la masa grasa. Por lo tanto, su masa grasa bruta representa un mayor porcentaje de su peso, de ahí esta aparente aumento. Es importante controlar tanto la masa grasa bruta como el porcentaje de masa grasa en los individuos para caracterizar bien su evolución. Desde un punto de vista biológico, esta pérdida de masa grasa puede explicarse por la disminución del apetito de esta paciente, lo que resulta en una reducción de la ingesta energética diaria. Así, para compensar esta reducción en la ingesta energética, el organismo utiliza los lípidos de la masa grasa como sustrato energético para mantener su actividad a lo largo del tiempo.
Conclusión
El Covid puede ser responsable de una desnutrición importante, al igual que muchas patologías que se caracterizan por un estado proinflamatorio elevado. Como recomienda la HAS¹, la bioimpedanciometría es una herramienta que permite detectar y seguir la desnutrición en pacientes en riesgo. Para ello, es posible utilizar varios parámetros, incluyendo la masa sin grasa, la masa muscular esquelética de las extremidades y la masa seca sin grasa, que permiten detectar una disminución de la masa proteica característica de la desnutrición.