Estudio de caso – Influencia del hipotiroidismo en la composición corporal

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(El idioma original de este artículo es francés, las gráficas se muestran de capturas reales en el idioma original)

Dentro del organismo, el sistema hormonal es un sistema cuyo rol principal es transmitir mensajes en forma de hormonas que permiten la regulación de grandes funciones fisiológicas. Uno de los principales órganos de este sistema es la tiroides, responsable de la producción de hormonas tiroideas, llamadas T3 y T4, que juegan un papel extremadamente importante en la regulación del metabolismo corporal¹. Estas hormonas son responsables, en particular, de la estimulación de la degradación de los lípidos en el organismo, la lipólisis². Dos patologías pueden afectar a este órgano: el hipertiroidismo, donde la tiroides produce una cantidad excesiva de hormonas, y el hipotiroidismo, donde la tiroides ya no produce suficiente cantidad de hormonas. Dado el rol de las hormonas tiroideas, estas patologías también influirán en la composición corporal de los individuos.

En este estudio de caso, nos enfocaremos en las modificaciones de la composición corporal inducidas por un manejo nutricional y la actividad física en un paciente con hipotiroidismo.

SexoHombre
Edad69 años
Talla169 cm
Peso99,40 kg
IMC34,80 kg/m2
PatologíasHipotiroidismo

Análisis rápido

En primer lugar, podemos observar que esta persona presenta un exceso de masa grasa de 7,42 kg y de masa muscular de 8,19 kg, además de una leve deshidratación con un déficit hídrico de 0,89 L. Considerando el peso de este paciente y el hecho de que sea o haya sido deportista, su masa muscular es coherente y también observamos un índice de masa ósea muy alto, lo que indica que posee una masa muscular y una masa ósea suficientes para realizar actividad deportiva de alta intensidad.

El ángulo de fase, por su parte, es elevado si consideramos su edad y su patología, sin embargo, considerando su masa corporal y su nivel de actividad física, que mantiene una buena calidad celular. Es interesante notar que el hipotiroidismo no parece modificar el ángulo de fase.

Masa grasa a hidratación constante, masa muscular esquelética total y de las extremidades

Como se observó en el análisis rápido, este paciente posee una masa grasa superior en 7,42 kg respecto a su referencia, dándole un porcentaje de masa grasa del 32%. La masa muscular esquelética total y de las extremidades son de 36,02 kg y 27,37 kg respectivamente, siendo elevadas si consideramos las diferencias con las referencias. Por lo tanto, posee una masa muscular suficiente para realizar actividad deportiva de alta intensidad, lo que se confirma por la relación masa muscular/peso que es del 36,02%, sabiendo que el límite inferior es del 31,5% para una obesidad sarcopénica. Si esta relación fuera inferior al 31,5%, significaría que la masa muscular esquelética de este paciente sería insuficiente para soportar su masa corporal, aunque su masa muscular sea más alta que la referencia, una situación característica de la obesidad sarcopénica.

Contenido mineral óseo, masa seca sin grasa

El contenido mineral óseo de este paciente es elevado, con un valor de 2,73 kg, 660 g superior a su referencia, lo que confirma la información dada por los índices de carga muscular y total, indicando que la masa ósea de este individuo es suficiente para soportar su masa corporal sin problemas. El valor de la masa seca sin grasa es de 18,27 kg, lo cual es 1,61 kg más alto respecto a la referencia, y confirma que la mayor masa muscular esquelética no se debe únicamente a una buena hidratación, sino también a una cantidad mayor de proteínas.

Hidratación

Podemos observar una hidratación normal en este paciente con una tasa de hidratación de la masa sin grasa del 72,86%, cercana al valor de referencia de hidratación ideal del 73,3%. Cuando nos centramos en la hidratación sin grasa, observamos que la diferencia teórica entre el valor calculado y el valor de referencia es de -0,89 L, lo que representa un déficit mayor que el observado en el agua total. Esta diferencia se explica por el hecho de que, según la lógica de los compartimentos, la masa grasa incluye solo los lípidos del tejido adiposo; por lo tanto, el agua del tejido adiposo se encuentra en la masa sin grasa. Así, cuanto mayor sea la masa grasa (y por lo tanto el tejido adiposo), más agua se añadirá al agua total, creando ciertos sesgos en la interpretación. Puede encontrar más detalles sobre estas cuestiones en el estudio de caso dedicado en este enlace. En este paciente, esto muestra que presenta una ligera deshidratación en el momento de la medición.

El equilibrio hídrico muestra que el agua estaría correctamente distribuida entre los compartimentos intra- y extracelulares, además de estar en una tasa de hidratación de la masa sin grasa normal. Sin embargo, el equilibrio hídrico sin grasa indica que este paciente presenta un importante desequilibrio en la distribución del agua en la masa sin grasa. De hecho, presenta una deshidratación extracelular significativa asociada a una sobrehidratación intracelular importante, con un déficit de 1,70 L y 0,81 L, respectivamente. Esta distribución se explica por la distribución hídrica específica del tejido adiposo, donde el 80% del agua se encuentra en el espacio extracelular; por lo tanto, este exceso de agua extracelular puede enmascarar, a nivel global, un desequilibrio en la masa sin grasa. En este paciente, esto se traduce en un equilibrio hídrico normal a nivel global pero un importante desequilibrio en la masa sin grasa. Esta distribución podría ser una consecuencia del hipotiroidismo; sin embargo, parece que esta patología modifica la distribución hídrica de manera crónica, por lo que esto podría ser consecuencia de la ligera deshidratación y/o de los tratamientos de esta persona.

Análisis rápido – 3 meses después del inicio de la intervención

SexoHombre
Edad69 años
Talla169 cm
Peso102,10 kg
IMC35,75 kg/m2
PatologíasHipotiroidismo

Después de 3 meses de manejo, podemos observar un aumento de 2,7 kg con lo que parece ser una pérdida de masa grasa, un aumento de masa muscular y de masa ósea, como sugieren las diferencias teóricas y los índices. Sin embargo, en este caso, es pertinente no detenerse en estas diferencias sino verificar los valores en las mediciones correspondientes.

También podemos observar que el ángulo de fase no se ha modificado entre las dos mediciones, lo que muestra que la calidad celular se ha mantenido con el manejo.

Masa grasa a hidratación constante, masa muscular esquelética total y de las extremidades

Entre las dos mediciones, podemos observar una pérdida de masa grasa de 103 gramos, lo que se traduce en un cambio del 32% al 31,10% de masa grasa. Dado que el porcentaje de masa grasa se calcula dividiendo la masa grasa por el peso, esta disminución se debe principalmente al aumento de peso de este paciente. En cuanto a la masa muscular esquelética, este paciente ha ganado 1,77 kg de masa muscular esquelética total, de los cuales 1,35 kg son en las extremidades, lo que indica que el aumento de peso se debe principalmente a un aumento de masa muscular y no a un aumento de masa grasa.

La ausencia de pérdida de masa grasa se explica por el hipotiroidismo que presenta esta persona, dado que las hormonas tiroideas tienen un papel importante en la estimulación de la lipólisis. De hecho, las hormonas tiroideas estimulan la movilización de los lípidos en el tejido adiposo, así como la capacidad de los diferentes órganos para utilizar estos lípidos para producir energía, especialmente durante el ejercicio.

Así, los pacientes con hipotiroidismo utilizan muy poco los lípidos para producir energía, por lo que les resulta muy difícil perder masa grasa.

Contenido mineral óseo, masa seca sin grasa

Después de tres meses de intervención, el contenido mineral óseo se ha mantenido, mientras que la masa seca sin grasa ha aumentado en 580 g, lo cual se explica por la actividad física del paciente y es coherente con el aumento de masa muscular observado. De hecho, aproximadamente el 25-30% del músculo esquelético está compuesto por proteínas contráctiles, el resto es agua intramuscular, y si consideramos ambos aumentos, el aumento de la masa seca sin grasa representa aproximadamente el 35% del aumento de la masa muscular esquelética.

Hidratación

De la misma manera que en la primera medición, podemos observar que este paciente presenta una muy buena tasa de hidratación de la masa sin grasa (Hidratación de la MHG), lo cual se confirma por la medición de la “hidratación sin grasa” que es del 71,14%.

En cuanto al equilibrio hídrico, la situación observada en la primera medición también está presente en el equilibrio hídrico: el equilibrio hídrico total muestra una distribución normal del agua entre los espacios intra- y extracelulares, sin embargo, persiste un desequilibrio en la masa sin grasa. Por lo tanto, esta alteración de la distribución sería una consecuencia de su patología y/o de su tratamiento y no de un estilo de vida desequilibrado, ya que en ese caso, el regreso a un estilo de vida equilibrado, creado por el manejo nutricional y la actividad física, habría corregido esta situación.

Conclusión

Este estudio de caso muestra la importancia de tener en cuenta el estado hormonal que puede ser modificado por una patología durante una pérdida de masa grasa, como el hipotiroidismo, o por el estilo de vida (estrés, fatiga,…) para optimizar esta última. Si la persona tiene una patología, se recomienda que el/la paciente lo discuta con su médico para que esto pueda ser considerado en su terapia.

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